El drenaje linfático manual es una técnica manual en la que el fisioterapeuta realiza movimientos muy suaves con sus manos, con el objetivo de drenar líquidos y evitar el estancamiento de la linfa.
El sistema linfático se reparte por todo nuestro organismo mediante sus vasos, a través de los cuales lleva la linfa (sustancia donde se recogen los desechos) hasta los ganglios (lugar donde se depura la linfa para su recirculación). A pesar de que el sistema linfático tiene un mecanismo propio de circulación no presenta un fuerte bombeo, por lo que, en ocasiones, la linfa puede quedar estancada necesitando medidas externas para facilitar su circulación.
El drenaje linfático manual tiene muchas indicaciones pero la principal de todas es cuando existe un edema que es una acumulación de líquido. Los edemas se pueden producir tras cirugías terapéuticas de miembros o de abdomen o tras cirugías de estética, tales como, liposucción (abdomen, brazos…) o aumento/disminución de pecho. Otros edemas, se pueden producir durante y después del embarazo, donde se produce una importante retención de líquidos lo que aumenta el volumen de pierna y muslo. En ocasiones, estos edemas pueden persistir tras dar a luz, por ello, es aconsejable el drenaje.
Por otro lado, aquellas personas que tienen un déficit circulatorio venoso, también pueden tener edemas, los llamados, fleboedemas. Y por último, los linfedemas, que se producen por una insufiencia de los propios vasos y ganglios, ya sea por un déficit valvular o por una disminución del número de ganglios (común tras un proceso cancerígeno). En ambos casos, la realización de drenaje linfático es primordial para evitar secuelas.
El drenaje linfático manual es una técnica manual en la que el fisioterapeuta realiza movimientos muy suaves con sus manos, con el objetivo de drenar líquidos y evitar el estancamiento de la linfa.
El sistema linfático se reparte por todo nuestro organismo mediante sus vasos, a través de los cuales lleva la linfa (sustancia donde se recogen los desechos) hasta los ganglios (lugar donde se depura la linfa para su recirculación). A pesar de que el sistema linfático tiene un mecanismo propio de circulación no presenta un fuerte bombeo, por lo que, en ocasiones, la linfa puede quedar estancada necesitando medidas externas para facilitar su circulación.
El drenaje linfático manual tiene muchas indicaciones pero la principal de todas es cuando existe un edema que es una acumulación de líquido. Los edemas se pueden producir tras cirugías terapéuticas de miembros o de abdomen o tras cirugías de estética, tales como, liposucción (abdomen, brazos…) o aumento/disminución de pecho. Otros edemas, se pueden producir durante y después del embarazo, donde se produce una importante retención de líquidos lo que aumenta el volumen de pierna y muslo. En ocasiones, estos edemas pueden persistir tras dar a luz, por ello, es aconsejable el drenaje.
Por otro lado, aquellas personas que tienen un déficit circulatorio venoso, también pueden tener edemas, los llamados, fleboedemas. Y por último, los linfedemas, que se producen por una insufiencia de los propios vasos y ganglios, ya sea por un déficit valvular o por una disminución del número de ganglios (común tras un proceso cancerígeno). En ambos casos, la realización de drenaje linfático es primordial para evitar secuelas.